Desde hace unos días, los fabricantes de autos están protestando debido a que la administración de Donald Trump exigió información sobre sus operaciones, incluida lo que algunos dicen que es información sensible y de propiedad, esto como parte de una investigación para aumentar los impuestos a automóviles y componentes.
De acuerdo con Bloomberg, el Bureau of Industry and Security que forma parte del U.S. Commerce Department, envió a varios fabricantes de vehículos un cuestionario de 34 páginas en que se solicita detalles sobre finanzas, cadenas de suministro, investigación y desarrollo, y requisitos de tecnología avanzada.
Dicho interrogatorio fue enviado como parte de la investigación solicitada por el Presidente Donald Trump sobre si Estados Unidos debería gravar con impuestos los automóviles y autopartes importados como una cuestión de seguridad nacional. Obviamente que los fabricantes de automóviles, incluidos los productores estadounidenses, están en contra de este plan, ya que podría elevar los costos y perjudicar la producción.
Asimismo, la Alianza de Fabricantes de Automóviles con sede en Washington, DC, conformada por General Motors, Ford, FIAT Chrysler Automobiles, Toyota y otros fabricantes de carros, mencionó por medio de su portavoz que este cuestionario es invasivo y requiere cantidades masivas de datos comerciales privados y confidenciales.
Otro punto a destacar de este tema, es que la ley exige que las compañías respondan a la brevedad el cuestionario, pues la falta de respuesta podría ocasionar una multa USD 10.000, encarcelamiento de hasta un año o ambas cosas, aunque también dice que la información puede no ser compartida con cualquier entidad no gubernamental a menos que el presidente determine que su retención es contraria a la defensa nacional.
Este cuestionario hace su aparición una semana antes de que el Commerce Department tenga una audiencia pública sobre la llamada investigación de la Sección 232, que es determinar si gravan los automóviles procedentes de Canadá, México y la Unión Europea son importados, que supuestamente representan una amenaza para Estados Unidos.
A principios de este año, Trump aprobó aranceles de acero y aluminio por motivos similares, aunque muchos ven los impuestos de importación como una amenaza para lograr que los aliados renegocien acuerdos comerciales o sus propios impuestos sobre las exportaciones estadounidenses a sus países.