El nombre Vantage es uno con peso dentro de la historia de Aston Martin, que nos lleva a la época del DB2 en la década de los 50. La premisa del Vantage es ofrecer un producto hecho prácticamente para la pista y parecerse a sus primos el DB11 o el Vanquish. Biplaza, compacto y más ligero, el Vantage es sin dudas el más cercano a la experiencia de manejo que podría ofrecer digamos, un Porsche 911 o un Mercedes-AMG GT.
Sin renovaciones desde el 2005, salvo un par de facelifts, el Vantage cimentó su reputación precisamente en todo lo que nunca fue cambiado desde aquel tiempo, como su diseño atemporal, el empuje de sus motores aspirados y ese garbo, si bien deportivo, aun elegante y contenido.
Pero hoy, Aston Martin es una marca más osada, algo que queda de manifiesto al ver al DB11 o al Valkyrie y el Vulcan, así como el debut de AMR, el brazo deportivo de la firma británica. El lujo y la elegancia está, pero reinventada completamente. Es la única manera de superar algo que ya tenía una excelente aceptación.
Su diseño, tiene mucho del DB11, pero tambien en el frontal, mucho del Vulcan o del Valkyrie, donde la clásica parrilla de Aston Martin se dibuja solo a partir del contorno superior, usando la parte baja para soportar un spoiler inferior. Esto se traduce en una boca muy ancha y agresiva, acompañada de ópticos más pequeños. La parte trasera es aún más radical, usando un conjunto luminoso muy largo y afilado, que recorre toda parte trasera del deportivo, pero que tambien dibuja esta clásica firma de Aston Martin, con los hombros un poco más bajos que la zona central. Sin dudas, la mejor palabra para describir al Vantage es "futurista", con la simpleza y elegancia de un concept car, llevado a la realidad.
El motor del Vantage se renueva completamente y gracias a la alianza con Mercedes-Benz, se puede disfrutar de un espectacular V8 AMG de 4 litros Bi-Turbo, el que entrega 503 Hp y 505 libras-pie de torque. La transmisión robotizada de antaño es completamente reemplazada por una unidad ZF de 8 velocidades dispuesta en el tren trasero, lo que, sumado a la disposición del motor, lo más atrás posible en el vano anterior, logra un equilibrio de 50:50 perfecto para la pista, - considerando su peso 1.5 toneladas, gracias a la estructura en aluminio en la cual se basa, al menos en un 30%; la plataforma del DB11.
El Vantage hace el 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y su velocidad máxima es de 316 km/h. Es más veloz incluso que un Vantage V12 S
A su carácter ayuda bastante una estructura posterior mucho más rígida que en el modelo anterior, con una suspensión activa de 3 modos, perfecta para poder sacar el máximo del Vantage en cualquier condición. A esto se suma una primicia en la marca, un diferencial de bloqueo electrónico, vinculado al sistema de estabilidad, el que se adapta y bloquea gradualmente según el auto lo requiera, sea una emergencia o para maximizar el agarre en curvas.
Otro rasgo que se hereda del DB11 y que ya comienza a formar parte del ADN de la marca, es el trabajo aerodinámico, oculto sutilmente bajo la carrocería. Nervaduras, pliegues y conductos inferiores, ayudan a generar carga aerodinámica, canalizando y dirigiendo el flujo de aire, así como a enfriar el tren motriz, sin necesidad de vistosos alerones o kits exuberantes que perturben el limpio diseño de la carrocería.
En el interior, algo que se agradece de la alianza con Mercedes-Benz es el préstamo de muchos elementos tecnológicos, los que incluyen: comandos auxiliares y el sistema multimedia, significativamente mejores y mucho más actualizados que en cualquier Aston Martin de épocas pasadas. El estilo interior denota el propósito de este modelo, derechamente más deportivo que en el DB11, de aspecto más elegante y clásico.
Los precios para el Vantage comienzan en los USD$ 150.000 aproximadamente, comenzando las entregas en el segundo trimestre del próximo año.