Un auto familiar, elegante y amplio, que parezca por debajo un monster truck,no tiene ningún tipo de sentido, y será por eso que nos gusta tanto. Jurgen Eberle, ingeniero de Mercedes-Benz, tomó esta idea y decidió que era algo por lo que valía la pena resignar algo de su tiempo libre. Ni lerdo ni perezoso, el alemán, propietario de un Clase E All-Terrain, llevó al máximo este modelo, y el resultado fue genial.
Lo primero fue reemplazar los ejes por los del G500 4x42, logrando así un despeje de 420 mm, (un 150% más que en un Jeep Wrangler Rubicon) suficiente para trepar piedras o moverse por donde quiera. Además, el ancho ganó 198 mm y se le agregaron guardabarros de fibra de carbono. El motor también merecía un cambio y el turbodiésel se quedó en casa para darle lugar a un V6 de 3.5 L con 328 HPy 354 Lb-pie de torque.
Esta poderosa creación de Mercedes-Benz, digna de una película, es sólo una pequeña muestra de lo que puede hacer un ingeniero en su tiempo libre.