La historia de Lotus ha sido de pura sobrevivencia. Para muchos es un fabricante de nicho que no tiene márgenes de venta contundentes.
De orígenes independientes, pasó a una alianza con Toyota, al rescate de inversionistas privados y finalmente a manos de General Motors. Y cuando General Motors no pudo más, se la vendió a un nuevo inversionista, Romano Artioli, el ex-dueño de Bugatti en 1996, para después pasar a manos de Proton, que fue su último dueño hasta el día de hoy.
Y se sabe que a Proton tampoco le ha ido muy bien, principalmente por tener un mercado muy local y por la creciente competencia que le ha salido al paso en su propio país, si bien el crecimiento de la marca en cuanto a desarrollo mecánico e ingeniería ha sido notable. El Gobierno de Malasia le prometió a la firma un generoso préstamo de 350 millones de dólares, con la condición que demostraran un plan de negocios sustentable y que encontraran alianzas con otros fabricantes.
Es aquí donde aparece Geely como el ganador entre algunos de los fabricantes que se estaban disputando esta negociación. Por lo que se sabe, Geely se hará con el 51% de Lotus, transformándose así en su dueño prioritario y el 49 % de la firma malaya.
Con esto Geely aumenta su portafolio, el que también incluye a Volvo y a la London Taxi Co., así como la nueva marca que han gestado, Lynk & Co.
En julio, deberíamos ver oficializada esta nueva alianza.