El 19 de abril la planta de la empresa fue sorpresivamente tomada por autoridades venezolanas, quienes asumieron el control de la misma, impidiendo el desarrollo de las actividades. En consecuencia, General Motors acaba de anunciar que la ensambladora General Motors Venezolana (GMV), fundada en 1948, se ve forzada a cesar sus operaciones en Venezuela como consecuencia de un embargo judicial.
Es importante señalar que durante los Gobiernos de Nicolás Maduro y Hugo Chávez se han expropiado más de 1.400 empresas y la mayoría de estas compañías han terminado cerradas definitivamente.
GMV “rechaza contundentemente esta arbitraria medida, y ejercerá vigorosamente todas las acciones legales dentro y fuera de Venezuela en contra de la misma” señala la compañía.
También informa que durante el embargo catalogado como ilegal, fueron sustraídos activos de la empresa, entre los que se encuentran vehículos y explican que “El embargo fue dictado en total desconocimiento al derecho a la defensa y al debido proceso, causando un daño irreparable a la compañía, a sus 2678 trabajadores, a sus 79 concesionarios que representan la red de servicio más grande del país con más de 3900 trabajadores y, a sus proveedores que representan más del 55% de la industria de autopartes en Venezuela”.