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Retrospectiva: La historia del BMW M1

Conozca la particular historia de este deportivo creado entre BMW, Lamborghini y Giugiaro.

Retrospectiva: La historia del BMW M1

Tras un acuerdo de colaboración entre BMW y Lamborghini realizado en 1970, donde ambas empresas decidieron construir un auto de competición en cantidad suficiente para que pudiera ser homologado, es que nace el proyecto del M1, el primer y único BMW de producción en disponer de motor central-trasero, al menos hasta la llegada del i8.

El responsable del diseño fue el afamado diseñador Giorgetto Giugiaro, que se basó en las osadas líneas del BMW Turbo, un prototipo con puertas de Alas de Gaviota de 1972. La marca alemana dejó que Lamborghini se hiciera cargo de elaborar los detalles del chasis, montaje de prototipos y fabricación de los vehículos, pero la mala posición financiera de la firma de Sant´Agata Bolognese hizo que BMW retome el control sobre el proyecto en abril de 1978.

La casa bávara firmó un contrato con la empresa de Stuttgart, Baur, con la que ya trabajaba, para que llevaran a cabo el montaje de las unidades a partir de ese momento. Marchesi en Módena producía los chasis, siguiendo las instrucciones de Lamborghini, el conjunto en fibra de vidrio fue encargado a T.I.R., una firma italiana establecida cerca de Módena, que era proveedor habitual de Ferrari.

Las carrocerías del M1, cuya denominación interna era E26, eran ensambladas en ItalDesign, la firma de Giugiaro, en Torino, y luego se enviaban a Alemania, en dónde Baur unía la mecánica con el resto de los componentes. El primer auto terminado, vio la luz, el 10 de julio de 1978. Se empleó un motor M88/1 de 6 cilindros en línea con doble árbol de levas a la cabeza que cubicaba 3.5 litros, equipado además con inyección mecánica de combustible Kugelfischer-Bosch. Este motor tenía seis mariposas de admisión, cuatro válvulas por cilindro y una potencia de 277 hp en la versión de calle, alcanzando una velocidad máxima de 161 mph (260 km/h). En 1979 se fabricaron 79 autos, 41 de calle y 38 de competición, en 1980 fueron 188 autos, 178 de calle y 10 de carrera, y en 1981 188 autos, 180 de calle y 8 para las pistas.

BMW M1 en las pistas

Los principales problemas que encontró el BMW M1 para la competición, provenían de su diseño. Giugiaro había diseñado un automóvil extremadamente bello, pero muy pesado, y ni siquiera aumentando la potencia hasta los 700 hp, como sucedió en caso del auto del grupo V, se conseguía paliar su sobrepeso. Sin embargo, como suele suceder con los carros alemanes, la ingeniería del M1 era soberbia, la suspensión consistía en unos dobles amortiguadores regulables y aunque los pedales de embrague y freno eran duros, la dirección y respuesta del M1 eran muy buenas. El M1 logró competir en LeMans, entre 1979 y 1981 con relativo suceso.

En aquellos años, un convenio entre Bernie Ecclestone y BMW, que estaba dando sus primeros pasos en la Fórmula 1 como proveedor de motores del equipo Brabham, permitió la creación de una categoría denominada Procar. Esta categoría, para la que se prepararon 44 autos con mejoras hechas por profesionales de la talla de Ron Dennis, era una monomarca que mezclaba a cinco pilotos de F1 con pilotos privados. Coincidiendo con el calendario de la categoría reina, el Procar, permitía que los mejores cinco de la sesión de entrenamientos del viernes, pasaran a correr la Procar el sábado, a excepción de que el piloto no quisiera participar, en cuyo caso se pasaba al siguiente clasificado. Nombres como Niki Lauda, Nelson Piquet, Mario Andretti, Didier Pironi, Elio de Angelis, Eddie Cheevers, Emerson Fittipaldi, Alan Jones, Jochen Mass, y Carlos Alberto Reutemann se medían entre sí con autos totalmente parejos. En 1981, también compitió en IMSA GTO, ganando la categoría, con David Cowart y Kenper Miller al volante.

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