Cuando observamos la lista de modelos que estaban a la venta en las décadas de 1960 y 1970 abundaban los sedanes de gran tamaño con motores V8 que consumían gasolina de manera descomunal. Con el paso de los años, el aumento del precio del combustible, la sobrepoblación, así como la entrada de normas ambientales provocó que la preferencia por este tipo de vehículos fuera disminuyendo.
Después del instinto por adquirir esos gigantes autos, los americanos se inclinaron por tener en sus garajes SUVs y camionetas. No importaba que en un vehículo con tres filas de asientos sólo viajara únicamente el conductor, la tradición de tener un medio de transporte grande se mantiene hasta la fecha, aunque en cierta medida ha disminuido paulatinamente, sobretodo en las grandes ciudades.
En unos años esta tendencia de adquirir crossover y SUVs cambiará. Y es que de acuerdo a una investigación realizada por la compañía MaritzCX, los jóvenes que tienen entre 16 y 21 años de edad, conocidos como la Generación Z, prefieren un automóvil con gran eficiencia de combustible en lugar de autos deportivos, utilitarios o pick ups.
Según el estudio, el 41.1 por ciento prefiere los autos compactos, el 14.7 por ciento sedanes medianos y el 11.6 por ciento subcompactos. Esto indica que cuatro de cada cinco jóvenes de la Generación Z se inclina por los automóviles. Asimismo esta encuesta demostró que la marca preferida por la Generación Z es Ford, dejando atrás a Toyota y Chevrolet, que se ubicaron en la segunda y tercera posición.
Es un hecho que los fabricantes de vehículos deben de poner especial atención en este sector de la población, si bien en este momento son los de menor poder adquisitivo, en cinco años serán quienes marquen la tendencia del mercado automotriz, no sólo de América, sino de todo el mundo.
Actualmente en el planeta habitan cerca de dos mil millones de jóvenes de la Generación Z, esto es un 20 por ciento de la población mundial, mientras que en Estados Unidos representan una cuarta parte de la población. De igual forma se estima que para 2020 su poder de compra será de 3,200 trillones de dólares.