Antecedentes
Originalmente conocido como Mega City Vehicle (un auto para las grandes urbes del globo), el i3 empezó a tomar forma allá por 2009, cuando BMW y SGL Group firmaron un acuerdo para fabricar un vehículo hecho de fibra de carbono a gran escala.
Fue hasta 2011 en el marco del Salón de Frankfurt que debutó el primer i3 en forma conceptual un vehículo cuyas formas rompían con todo lo que BMW ofrecía, un pequeño monovolumen que en proporciones se asemejaba mucho más a un KIA o un Toyota, pero cuya propuesta resultaba interesante, un auto 100% eléctrico fabricado en fibra de carbono.
En aquel momento parecía más un ejercicio de relaciones públicas que aprovechaba la moda de los autos eléctricos, que un proyecto factible. Sin embargo, poco tiempo después BMW sorprendió al mundo al presentar una nueva marca denominada BMW i, que inicialmente se compondría del i3 conocido Mega City y un deportivo basado en el EfficientDynamics Concept, que posteriormente sería denominado como i8 y que tuvimos oportunidad de manejar recientemente.
BMW tenía claro que la principal limitante de un vehículo eléctrico se encuentra en las baterías, la limitada autonomía que ofrecen y su enorme peso. A sabiendas de esta situación, diseñaron un vehículo que pudiera aligerar el peso en otros componentes a efectos de lograr una autonomía decente, sin la necesidad de incorporar una batería demasiado grande, que también significara tiempos de carga demasiado largos. El resultado fue la innovadora construcción de los BMW i3 e i8.
El modelo de producción final debutó el año pasado, perdió las puertas translucidas tan características del concepto y no adoptó un elemento infaltable en todo BMW, el ángulo Hofmeister del poste C, ya que la superficie acristalada se extiende desde las ventanas laterales, hasta el portón trasero.
El BMW i3 ya está en el mercado y no existe nada más avanzado, propositivo e innovador. Es una prueba fehaciente que el futuro nos alcanzó.
Características técnicas y mecánicas
Para hablar de este apartado, primero hay que decir que el i3 es en realidad un vehículo de construcción Body on Frame (Carrocería sobre chasis), algo que actualmente asociamos únicamente a pick ups y algunos SUVs, los más grandes como la Suburban. Y es que la construcción de chasis monocasco es la más utilizada a nivel global en virtud de que ahorran peso y aprovechan mejor el espacio interior.
Dicho lo anterior, aunque conceptualmente el i3 comparta el tipo de construcción con una pick up, en la práctica, BMW ha creado una revolucionaria manera de fabricar vehículos. Por un lado, está el chasis, fabricado en aluminio y que monta los componentes mecánicos como: Motor, Batería y suspensión se le denomina Drive Module. Mientras que el habitáculo, fabricado enteramente en fibra de carbono y en donde se integran todos los componentes relativos a los pasajeros se llama Life Module.
Drive Module
La batería de iones de litio tiene una capacidad de 16 kWh, y que dicho sea de paso es el componente más grande y pesado va montada justo al centro del chasis y queda integrada de manera tal que se convierte en el piso del vehículo. El motor eléctrico por su parte entrega 170 hp y 184 lb-pie de torque a través de una transmisión de una velocidad que envía la tracción al eje posterior.
La batería se puede cargar por completo en 4 horas si se utiliza un cargador de pared especial que se vende por separado.
Life Module
El módulo superior está fabricado por completo en plástico reforzado con fibra de carbono fabricada de manera sustentable en una planta ubicada en Moses Lake, EU, que se alimenta de energía hidráulica y posteriormente es enviada a Alemania en donde se crean los paneles de la carrocería. Es importante destacar que BMW ha creado un proceso para fabricar una fibra de carbono cuya especificación es menos exigente que la de utilización aeronáutica (que es la utilizada en los autos de F1 y los híper deportivos), lo que ha permitido bajar dramáticamente los tiempos de fabricación y por ende los costos, pero sin descuidar los estándares necesarios para cumplir con las pruebas de impacto.
Por lo que hace a la seguridad, el BMW i3 ofrece seis bolsas de aire, ABS, ESP y sensores de estacionamiento.
Confort
Al ingresar lo primero que notamos es que el i3 es un vehículo con puertas suicidas, es decir que cierran encontradas y por lo tanto no tiene un poste B. Esta particularidad permite que el ascenso y descenso a las plazas posteriores resulte sumamente fácil.
Ya en el puesto de mando, lo primero que destaca es un habitáculo sumamente propositivo y diferente, es incluso más disruptivo e innovador del que podemos ver en el deportivo i8. Destaca un gran display a color en formato wide que se ubica en la parte superior del centro del tablero y desde donde se puede desplegar la información relativa al navegador, teléfono, audio y diversas informaciones del vehículo. Los menús de esta pantalla se navegan al igual que en el resto de los BMW y MINI, a través del mando circular i Drive que cuenta con una superficie táctil en la parte superior para ingresar datos a manera de escritura.
El volante multifunción es únicamente de dos radios y del lado derecho cuenta con un mando de gran tamaño muy parecido a un Joystick desde donde encendemos el vehículo y manipulamos la transmisión.
El cluster de instrumentos tradicional ha sido reemplazado por otra pantalla a color en la que se despliega información relativa a la velocidad, estado de carga de la batería, odómetro, etc.
Mención aparte merecen los materiales empleados en el interior del i3, tanto cuero, como fibras y maderas han sido tratados con procesos sustentables. El resultado además es espectacular, las superficies se perciben de gran calidad y la combinación de colores y texturas hacen de esta cabina una de las más agradables de las que nos ha tocado experimentar. Otro detalle interesante es el hecho de que la consola central y el tablero no están comunicados como sucede en prácticamente todos los autos, aquí queda un espacio libre que genera una gran sensación de amplitud.
Evidentemente al ser un BMW, el equipamiento es muy completo y destacan elementos como el equipo de audio Harman/Kardon, aire acondicionado automático, BMW ConnectedDrive, interfaz Bluetooth, puerto USB, entre otros.
Manejo
Tras el volante, el i3 ofrece una posición de manejo elevada y en virtud del diseño tipo monovolumen, la visibilidad es perfecta.
Hay algunas cuestiones que es importante tener en cuenta ya que al ser un vehículo eléctrico las sensaciones son muy distintas. Por principio de cuentas tenemos un silencio absoluto al circular, así como una ausencia total de vibraciones, por lo que el refinamiento y calidad de marcha son excelentes. A lo anterior también contribuye el hecho de que la transmisión no efectúa cambios, simplemente entrega la potencia de manera progresiva y suave.
Resulta extraño (aunque es cosa de acostumbrarse) la manera de utilizar el freno, cuando soltamos el pedal del acelerador el i3 empieza a regenerar energía, por lo que el vehículo empieza a desacelerar bastante, aun cuando no se oprima el pedal de freno. Dada esta situación, que en modo de conducción EcoPro+ se hace todavía más notoria es que si guardamos las distancias adecuadas podríamos conducir prácticamente sin frenar.
Ahondando un poco en el tema de los modos de conducción, el i3 ofrece tres: Confort que es el seleccionado por Default y en el que el vehículo entrega toda la potencia y disponibilidad de sistemas como el aire acondicionado, EcoPro en el que el pedal de acelerador se hace menos sensible para ahorrar un poco de batería, en teoría mejora un12% la eficiencia con respecto del modo anterior y por último EcoPro+ en el que el sistema se enfoca al máximo en maximizar la eficiencia, aquí el climatizador no se puede utilizar, la velocidad máxima queda limitada y las aceleraciones son muy lentas, en teoría incrementa la eficiencia hasta en 24%.
Según BMW, de acuerdo con las condiciones de manejo, el i3 ofrece una autonomía de entre 130 y 160 kilómetros, aunque en nuestras pruebas el rango promedio se ubicó ligeramente por encima de los 100 kilómetros, perfectamente adecuado para ir al trabajo y regresar con una sola carga.
Por último es importante resaltar que aunque se trata de un auto pensado para la ciudad, conserva ese espíritu tan característico de los BMW, y es que con un centro de gravedad tan bajo, el i3 se planta muy bien en el camino, aun al pasar por caminos sinuosos y las aceleraciones (0 – 100km/h en 7.2 segundos) lo colocan solamente a 0.7 segundos del Volkswagen Golf GTI 2015.
Conclusión
Ciertamente el BMW i3 es un vehículo costoso y prácticamente inaccesible para la gran mayoría de los consumidores, pero quizá la mejor perspectiva para evaluarlo sea haciendo una analogía con la industria de la tecnología. El precio por ir al corriente con las últimas tendencias siempre es muy alto y es hasta que las tecnologías se masifican, que el precio baja.
Y es que este auto se le podría equiparar al gadget de súper moda. Y es que BMW ha reinventado la manera de fabricar autos, no solo desde el proceso de manufactura, sino también desde el punto de vista de la concepción.
En primera instancia se le podría comparar con el Nissan Leaf, que ya es el eléctrico más exitoso del mercado y un vehículo clave en la adopción de esta tecnología, pero la realidad es que el BMW i3 es un auto mucho más avanzado e innovador, sería como comparar un iPhone 4 con un iPhone 6.
BMWi3 2015 a prueba