Mientras la marca de autos eléctricos se encargará de conseguir el espacio, la construcción y el manejo de la misma, Panasonic tendrá la dura labor de crear y suministrar células de ion de litio cilíndricas e invertirá dinero en maquinaria, y otros instrumentos de fabricación, que deben ser de mutua aprobación.
También se definió el tener una red de proveedores para producir los materiales que se necesiten. Dentro de las aristas de esta alianza, Tesla tomará las células y otros componentes para montar módulos de batería; además de seguir comprando células de batería producidas en las fábricas de Panasonic en Japón.
La Gigafactory es una inversión a mediano plazo para que las baterías de ion de litio de a poco bajen su valor, a la par de que exista lo más pronto posible una producción en masa de la pieza fundamental de los vehículos eléctricos de Tesla.
Según varios expertos en la materia, esta apuesta tendría varias ópticas: el éxito rotundo de Tesla como marca pionera, independiente y de gran proyección de este tipo de carros para el futuro, o el fracaso, bancarrota de Tesla y cierre inminente de la planta.
Por el bien de un mundo más verde y abrir de frente el mercado a este tipo de tecnologías, se haga realidad la primera, aunque cabe recordar que muchos nobles esfuerzos tuvieron que dar su brazo a torcer y ver como el mercado del petróleo los consumía.