En el pasado Salón de Ginebra la casa del toro rampante presentó uno de los vehículos de producción más extremos de la muestra, el Veneno. Construido sobre la base de un Aventador LP700-4 radicalmente modificado, la gran sorpresa de este auto además de su feroz estampa fue su precio, unos USD 4.7 millones.
Con sólo 3 unidades fabricadas y vendidas al instante, era predecible e inminente la llegada de una versión descapotable. Fue así como Lamborghini puso manos a la obra y le quitó el techo al Veneno, dejando una bonita versión targa con la característica de que no es convertible, sino que directamente no tiene techo, ni de lona ni rígido. Si llueve, más vale que tengas un paraguas a mano o te apures para llegar a casa, aunque esto no sería una excusa válida cuando te detenga la policía.
Como sucede con todos los autos sin techo, el peso tiende a aumentar ya que se deben añadir refuerzos estructurales para mantener la rigidez de la carrocería. En el Veneno Roadster esto no sucede ya que se le adicionó una fibra de carbono de mayor calibre a la carrocería, otorgándole ligereza y resistencia. Con respecto al motor mantiene el mismo V12 de 6.5L con 740 hp de la versión coupé, que le alcanza para ir de 0 a 100 Km/h en 2.9 segundos y llegar a los 354 Km/h.
Como nada es gratis en esta vida, manejar el Veneno y que todo el mundo te vea la cara tiene su precio. En este caso se fabricarán 9 unidades que se pondrán a la venta en nada menos que USD 5.3 millones, el triple de lo que cuesta la nueva LaFerrari o el Porsche 918. Quizás no sea la compra más racional que se pueda hacer, pero bueno, sabemos que hay millonarios desperdigados en el mundo que no se van a poder resistir al encanto de estas agresivas líneas y no dudarán en pagar mucho para tomar de este Veneno.
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