Según investigaciones, la amistad entre el perro y el humano se remonta 10,000 años en la historia, con origen en las tierras del sureste asiático. A partir de ese entonces, el “Canis lupus familiaris” es parte de la vida social del hombre, ayudándolo en las labores de cacería, ganadería, guardia y en la función más importante, una fiel compañía.
No es de admirarse que le demos un nombre y veamos en ellos actitudes propias del ser humano, aunque en casos como el que te vamos a mostrar, se demuestra lo imposible que resulta no humanizarlos.
La organización neozelandesa SPCA se encarga de salvar animales en situación de abandono, curarlos y en caso de ser necesario, entrenarlos para que puedan ser adoptados. Esta vez fueron más allá y demostraron que un perro no necesita ser de pedigree para poseer una impresionante destreza e inteligencia.
Mediante una serie de modificaciones como las usadas por las personas con movilidad reducida, el Mini Countryman quedó listo para que Porter -el conductor canino- pueda encender el motor, seleccione Drive y controle el acelerador, volante y freno, tomando curvas y se estacione.
Si todavía no puedes creer lo que te estamos contando, te invitamos a ver el video a continuación y comprobarlo con tus propios ojos. Eso sí, después trata de no decepcionarte cuando tu perro no entienda la orden de sentarse.
El rimer perro que conduce