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Italdesign construye el más radical y elegante Nissan GT-R

Basado en el Nismo GT-R, ya muchos lo califican como el GT-R más lindo de esta generación.

Italdesign construye el más radical y elegante Nissan GT-R

Godzilla cumple 50 años. Claro que, en un inicio, el GT-R era un coupé deportivo de corte mucho más tradicional. Lo mismo podemos decir de Italdesign, también cumpliendo medio siglo, hoy en manos de Volkswagen y sin quien fuese su fundador, Giorgetto Giugiaro.

Y como los amigos, cuando se juntan para celebrar un cumpleaños, Italdesign aprovecha el vuelo y se suma a la fiesta del GT-R con un auto de miedo, que probablemente sea el GT-R más lindo de esta era y uno de los autos de Italdesign mejor logrados después de que Giugiaro abandonara el buque

Nissan puso a disposición un Nismo GT-R como base, pero más bien luce como una versión evolucionada del concepto. En el frente, no queremos citar a Audi nuevamente como trendsetter, pero la parrilla frontal luce un tratamiento ensanchado, como le hemos visto a los últimos autos de la firma, al igual que el marco que la rodea, como el formato singleframe. Un esquema de faros con franjas LED intercaladas le dan un espíritu agresivo. El capó, aunque alargado, mantiene sus dos ductos NACA. De igual modo se mantiene el parabrisas, las puertas y los pilares A en color negro. De perfil, la zona vidriada remata más recortada en la parte trasera, quizás como un guiño a los GT-R pre-R32, que tenían una ventana trasera más triangular. El techo fue rebajado en 54 mm.

Hacia la zaga, todo es nuevo, como si la carrocería dejara ver una segunda piel, con una pequeña ventana trasera y las clásicos stops traseros redondeadas de los GT-R, pero como si fuesen las salidas de escape de algún jet. Cierra el conjunto, el techo con pliegues para la cabeza y formas más depuradas en los pasos de rueda. No podemos obviar lo más evidente, el tratamiento bitono de este modelo, con los acentos y parrilla en color oro (Energetic Sigma Gold), dando paso a la zona posterior, donde toma absoluto protagonismo, contrastando con el gris intenso del resto de los paneles (Liquid Kinetic Gray).

El interior, está completamente rediseñado, mucho más minimalista (sin la pantalla de telemetría/sistema multimedia) y revestido con cuero, alcántara, fibra de carbono, acentos dorados y un clúster de información, que perfectamente puede haber sido sacado de algún GT-R de competición.

Y lo del clúster nos consta, puesto que bajo el capó, no se aloja el motor estandar del GT-R, sino que una versión revisada por Nismo del V8 3.8 Twin Turbo (VR38DETT), con turbinas heredadas del modelo de competición (GT3), intercoolers redimensionados, cigüeñal de trabajo pesado, pistones, metales, piolas y rodamientos reforzados, inyectores de aceite para alto flujo, arboles de leva recalibrados, inyectores de combustible de alto flujo, una toma de aire menos restringida y una línea de escape más deportiva. Todo esto se traduce en 710 Hp y 575 lb-pie de torque, asociado a una caja automática de doble embrague y 7 velocidades, con diferenciales, ejes y cardan reforzados, para que aguanten el torque que va a las 4 ruedas, por medio del reconocido sistema ATTESA E-TS

El paquete dinámico se mejora con suspensión Blistein DampTronic, un equipo de frenos Brembo con discos flotantes y neumáticos Michelin Pilot SuperSport como calzado para las enormes llantas de 21 pulgadas.

 

The Nissan GT-R50 by Italdesign

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