Por fin, la firma nipona Mazda puede presumir que ha renovado por completo su gama de productos. La única que faltaba, la SUV mediana CX-9 y que no solo se pone al día aprovechando el paquete de tecnologías SKYACTIV y el lenguaje de diseño Kodo, sino que va un paso más allá y se convierte en el eslabón entre los modelos actuales y los de próxima generación. Pero el avance es tal que la cosa no se queda ahí, la nueva Mazda CX-9 2017 también se coloca un escalón por encima de competidores como Toyota Highlander, Honda Pilot o Ford Explorer en términos de tecnología aplicada en el tren motor, así como calidad de ensamble y materiales.
La gente de Mazda define el diseño de la nueva CX-9 2017 como Kodo 6.5, algo así como una pequeña evolución del lenguaje de diseño que tan buenos dividendos le ha dado a la firma, y es que aunque mantiene los elementos visuales ya conocidos como la parrilla de cinco puntos que da forma al nacimiento de los faros o los trazos que generan sensación de movimiento y robustez, en el caso de esta nueva SUV la apariencia es más agresiva y afilada.
Asimismo, la adopción de la plataforma SKYACTIV ha permitido ahorrar 120 kilos en relación con su predecesora, sin embargo es en el apartado mecánico en donde encontramos grandes novedades; por un lado tenemos un nuevo motor 2.5 litros Turbo, mientras que por el otro incorpora un sofisticado sistema de tracción denominado i-Activ, que en conjunto le confieren un comportamiento dinámico a la CX-9 al que solo podíamos acceder en el segmento premium.
SKYACTIV + Turbo
El primer motor turbo de la familia SKYACTIV se vale de un ingenioso artilugio al que Mazda denomina Dynamic Pressure Turbo, que mediante un control de válvulas puede modificar la cantidad de gases de escape que ingresan a la turbina. A bajo régimen de rotación solo una válvula se abre para llenar la turbina más rápidamente (el efecto sería similar a cuando ponemos el dedo sobre la boca de la manguera para ganar presión en el chorro de agua). A medida que se incrementa el régimen de revoluciones se abren más válvulas para dejar pasar más gases y así entregar una curva de par plana y constante.
Otro elemento importante es el recirculador de gases enfriado, que permite al motor trabajar con una compresión de 10.5:1, algo poco común tratándose de un motor turbo.
Dynamic Pressure Turbo, un sistema de válvulas que modifica la cantidad de gases que ingresan a la turbina.
Todo lo anterior permite a este nuevo SKYACTIV-G 2.5 litros turbo entregar 250 hp en el rango de las 5,000 vueltas y un torque de 310 lb-pie desde apenas 2,000 rpm, misma que se envía a las cuatro ruedas vía una transmisión automática de seis velocidades.
En la práctica la capacidad de respuesta es muy buena, la CX-9 acelera contundentemente y cuenta con suficiente potencia pero sin llegar a ser violenta como muchos otros motores turbo, no hay demora en la entrega de potencia, por lo menos no es posible percibirla a nivel del mar y la entrega se mantiene constante conforme sube la aguja del tacómetro.
Por lo que hace al consumo, falta ver como se desempeña en uso cotidiano, aunque en las pruebas de la EPA obtuvo una cifra promedio de 9.7 km/l, nada mal para una SUV de tres filas de asientos.
Sistema de tracción integral predictivo
El sistema i-AWD funciona enviando la potencia a las cuatro ruedas en todo momento, es capaz de enviar potencia entre cada eje según la necesidad, e incluso de manera lateral para incrementar la capacidad de curveo. Asimismo, también es capaz de funcionar solo como tracción frontal para ahorrar combustible.
La CX-9 se planta y apunta casi como un sport sedan
Lo anterior se logra gracias a 27 sensores que analizan mediante un complejo algoritmo, variables tan diversas como las costumbres de manejo del conductor, las necesidades de tracción en función de posición del volante, demanda del acelerador e incluso las condiciones del clima como lluvia, calor o nieve.
Tras el volante la CX-9 mantiene la promesa de Mazda de entregar vehículos divertidos, de buen manejo y en los que se puede disfrutar. Se planta y apunta casi como un sport sedan, pronto nos hace olvidar que la posición de manejo es más elevada, mientras que la dirección es comunicativa y precisa como ya nos tiene acostumbrados la marca.
Interior de otro nivel
Si bien, en términos de tecnología y manejo la CX-9 es sobresaliente, el aspecto que nos dejó más impresionados es el habitáculo. Y es que ya conocemos del talento que hay en Mazda para innovar y desarrollar vehículos de buen manejo, sin embargo y aunque los interiores de sus productos se encuentran en la parte más alta de sus respectivos segmentos, esta ocasión el salto es enorme.
La experiencia en el interior se equipara a la de marcas premium.
La Mazda CX-9 presume una calidad de ensamble, materiales, atención al detalle y aislamiento acústico que se equipara al que podemos encontrar en las marcas premium.
En cuanto al equipamiento, tenemos climatizador de 3 zonas, asientos forrados en cuero, head up display a color, volante multifunción, pantalla de alta resolución y un sistema de audio Bose de 12 bocinas desarrollado exprofeso.
En materia de seguridad ofrece 6 airbags, ABS, ESP, sensor de presencia en punto ciego y cámara de reversa.
Inicialmente, la Mazda CX-9 2017 llega a México en una sola versión con un costo de más de $34 mil dólares. En el futuro cercano y al igual que sucedió con la CX-3 llegarán más versiones, alguna que se ubique por debajo de esta que ya se comercializa y otra más que llegará por arriba y ofrecerá más lujo (aplicaciones en madera y aluminio genuinos) y equipamiento de seguridad.