No es una novedad de que Venezuela atraviesa una crisis política y social grave, con enfrentamientos civiles, especulación, desabastecimiento de productos básicos y la consecuente desestabilización económica. Pero como a nosotros nos atañen los autos, vamos a enfocarnos en una acción en particular que ha decidido llevar adelante el gobierno de Nicolás Maduro, un reciclaje masivo de vehículos inservibles y en desuso para proveer de metal a la industria de la construcción.
Según María Martínez, Secretaria de Justicia del Gobierno venezolano, ya se han convertido en chatarra unos 10,485 automóviles, 9,651 motos y 539 bicicletas, cuyo metal tiene como destino a la planta siderúrgica Sidor, estatizada hace 6 años.
Esta planta está afectada por serios conflictos logísticos y gremiales, que han derivado en una importante merma en su capacidad de producción. Por otro lado, la importación de materias primas también se vió afectada por la situación económica, provocando que Sidar, la cual tiene capacidad como para producir 5 millones de toneladas de acero al año, en el 2013 apenas llegara a las 1.6 millones de toneladas producidas.
Los vehículos abandonados que estén matriculados y en condiciones de circular estarán a la espera de que sus dueños los reclamen mediante un formulario web del CICPC, si nadie los reclama dentro del período determinado, probablemente terminen sus días como varillas de refuerzo para las estructuras de concreto.