La firma coreana Hyundai realizó el singular experimento para medir la resistencia de los interiores de su modelo I30. ¿Qué hizo para merecer este castigo? No lo sabemos.
Esta clase de primates es muy especial ya que a diferencia de usted y de mí, no les agradan para nada los carros, y más, si pasan por su territorio sin pedirles permiso.
Lo usual en los experimentos de resistencia para cualquier vehículo, es llamar a un piloto de prueba para que lo maneje durante muchos kilómetros y así evaluar el rendimiento en las diferentes condiciones de temperatura, terreno y altura a las que se someten los autos en las pruebas.
Creo que los monos serán más utilizados en el futuro, ya que se divirtieron como “niños” saltando de un lado a otro del Hyundai I30, y la carrocería los soportó de buena forma. El problema fue cuando pudieron abrir las puertas del auto: ahí, además de saltar, se vieron los mordiscos que le dieron a los interiores, así como el paso de sus patas que deterioraron el tapizado de color negro en todo el auto.
Tiempo después, como le sucede a cualquier “juguete”, los babuinos de Liverpool, Inglaterra, perdieron interés en el Hyundai I30 y se fueron; tal vez porque no lo pudieron encender.
En conclusión, el Hyundai I30 resistió muy bien los embates de estos monos, y cumplió el objetivo de la marca que era conocer la resitencia de su vehículo.