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Test drive

Can-Am Spyder RS 2010 a prueba

Un vehículo excéntrico, algo incomprendido, llamativo, de manejo extraño, pero divertido de llevar.

Can-Am Spyder RS 2010 a prueba

Definir al Can-Am Spyder RS es algo complicado, debido a que no se puede considerar como motocicleta aunque casi se maneje igual, tampoco es una cuatrimoto por el simple hecho de que tiene tres llantas y tampoco cuenta con las comodidades de un coche, por lo cual podría pensarse que tiene lo mejor (y peor) de ambos mundos.

La historia del Spyder es corta, aparece en 2007 y desde el inicio se enfocó a ser un juguete caro, potente y del segmento premium.

Mecánicamente cuenta con un motor bicilíndrico de 990cc que ofrece 108 hp y 77 lb-pie, que van asociados a una caja manual de 5 marchas (semiautomática opcional) con transmisión de potencia mediante banda. Destacan sus múltiples sistemas de ayuda al conductor con controles de estabilidad, frenos ABS, tracción y dirección asistida.

El diseño es extraño, más allá de tener tres ruedas, ya que la experiencia de la marca BRP, se encuentra más enfocada a las motos acuáticas y cuatrimotos, por lo que el Spyder es una extraña cruza entre ambos, al verlo de perfil podemos ver una moto acuática con ruedas.

Pasemos al punto medular, el comportamiento, de entrada es raro manejarla, tenemos disponibles los mismos controles que una moto común pero falta la palanca de freno de la llanta delantera, y todo se traduce a un solo pedal en la parte derecha, el cual reparte la fuerza de frenado en las tres llantas, algo que lo hace más sencillo, pero extraño para acostumbrarse.

Si bien cuenta con muchas asistencias electrónicas, la sensación mecánica es total, la dirección es firme al igual que la suspensión. Los primeros momentos durante el manejo en carretera permiten sentir que el Spyder RS, es un vehículo demandante físicamente hablando, ya que cada vuelta nos “avienta” al lado contrario, por lo que en todo momento las piernas y brazos irán trabajando. La respuesta del motor es sobresaliente y no pide nada a una moto común.

Pero donde queríamos llegar era a la pista, la curiosidad por el manejo dinámico y como se comportaría era fundamental.

Desde las primeras vueltas, la confianza y velocidad se fueron incrementando, pero también la exigencia al cuerpo ya que además de mantener toda la fuerza en las extremidades ahora nos demandaba de acompañar las curvas con el cuerpo, no como en las motos tradicionales  en donde simplemente hay que “acostarnos” para virar, en la BRP Spyder  hay que acompañar con el tronco a la dirección, para tener un mayor control y poder así tomar con mayor velocidad las curvas.

Si bien el Spyder derrocha sistemas de seguridad, en la pista no se siente que existan (lo cual no es tan malo como suena) sobre todo en las curvas cerradas ya que la geometría de trapecios de la suspensión, al estilo auto Fórmula, dan un tren delantero rígido, por lo que al afrontar una curva, la llanta contraria al "apex" invariablemente se levanta. Aún así el control nunca se pierde en el momento que la llanta que se elevó toca el piso de nuevo, es bastante estable aunque se realicen cambios bruscos de trayectoria.

La potencia transmitida al piso por la llanta trasera en ocasiones supera al control de tracción, este hecho es notorio sólo en en manejo muy deportivo y exigente al acelerar en la salida de la curva, este efecto no se produce con un manejo normal, siempre se tiene el control.

No cabe duda que el Spyder es un gran producto para la diversión que ofrece el manejo dinámico de una moto, sin el temor de caernos en cada semáforo y nos brinda espacio frontal de almacenaje de 44 litros, pero claro, pierde la movilidad de una moto por su anchura. Can-Am Spyder RS un capricho realmente divertido.

Agradecemos a Centro Dinámico Pegaso por las facilidades brindadas para la realización de esta prueba.