Antecedentes
La historia del Camaro comienza en 1967 durante la “época de oro” de los Muscle Cars. En aquel tiempo cuando la gasolina costaba menos que el agua embotellada, General Motors necesitaba alguna arma que compitiera contra el Ford Mustang. Y así fue como comenzó la historia del auto deportivo para las masas de Chevrolet, ubicado por debajo por debajo del Corvette, pero con un estilo particular.
En sus inicios el auto contaba con un motor V8 de 5.7 litros y de manera opcional uno de 6.5 litros en aquellas épocas las potencias oscilaban entre los 300 y 400 hp. Los motores eran sedientos de combustible.
En el 2009 se lanza de nuevo el Camaro tras unos años en la congeladora (como año/modelo 2010), bajo la misma idea del pasado, el hacer frente al Mustang, pero en éste caso el Camaro cuenta más de tecnología, potencia y un diseño más impactante, el cual también retoma las formas generales del auto lanzado en a fines de los 60´s.
El precio de la unidad probada es de: $509,000 (Paquete B)
Características Técnicas y Mecánicas
El Camaro cuenta con un motor 8 cilindros de 6.2 litros el cual ofrece 426 hp (26hp más que la versión automática) y un torque motor de 420lb/pie. El peso de la unidad es de 1,751 kg, con ello la aceleración a los 100 km/hr es en 4.7 segundos.
Lo destacable de la versión probada, es su transmisión manual de 6 marchas, que brindan un manejo más directo y que deja sentir al conductor toda la potencia de la máquina.
Dimensiones
El Camaro cuenta con un largo total de 483.6 cm, 191.8 cm de ancho y 137.7 cm de altura, medidas que le brindan una imagen imponente, pero no muy cómoda para el día a día
Interior
Gracias a las grandes dimensiones del Camaro el espacio para las plazas delanteras es generoso, con asientos amplios al puro estilo norteamericano, vestiduras en piel y costuras visibles, detalles en plásticos que podrían mejorarse pero que cumplen su función. El espacio en la parte trasera es regular, pudiendo alojar a dos personas en algún viaje de mediana duración.
El tablero si bien busca evocar los modelos de antaño, se queda corto a comparación del diseño exterior. Justo al frente de nosotros contamos con el velocímetro y tacómetro, además de todas las funciones de la computadora de viaje, enmarcados en formas voluminosas de tono plateado. El volante bien pudo ahorrarse un poco de tamaño, ya que es muy grande, pero eso es gusto de cada usuario.
Los instrumentos centrales cuentan con espacios individuales para los medidores de fluidos, temperatura y batería, mientras que los elementos del aire acondicionado cuentan con una forma no muy vistosa que no logra ser atractiva aunque sea retro. El equipo de sonido cuenta con buena calidad además de conectividad para accesorios externos. De este conjunto se rescata el diseño, forma y tamaño de la palanca de cambios.
Manejo
Manejarlo es lo que realmente anhelabamos del Camaro SS con transmisión manual, y que principalmente probamos en las carreteras, gracias a un viaje de un día de alrededor de 900 km. Como siempre antes de tomar cualquier camino Federal teníamos que huir de la gran ciudad, lo cual no fue del todo cómodo. Primero por las dimensiones y forma del auto que reducen la visibilidad al frente y diagonal trasera, haciendo que en todo momento creamos que invadimos otro carril.
La suspensión no es muy rígida como podría pensarse, al igual que la dirección, en donde si pueden existir inconvenientes es con el pedal de embrague y caja de cambios. El primer punto puede llegar a cansar en un día de transito pesado mientras que la segunda deja sentir la acción mecánica del acoplamiento de la marcha, algo que denota poder pero también resulta ser tedioso con la repetición. Ambos efectos aunque no son malos se encuentran presentes y van de la mano con la “personalidad” del auto.
Conduciéndolo en un régimen normal en la calle destaca que el propio auto (con una gráfica en la pantalla) nos pide un cambio de marcha singular, al engranar primera y revolucionar nos indica que metamos cuarta, y gracias a la potencia y torque del motor el Camaro puede desenvolverse con soltura usando poco acelerador y así reduciendo las emisiones del motor a la atmósfera.
En carretera nos llamó la atención la respuesta y el consumo de combustible. El primer aspecto se notaba al circular por arriba de los 200km/hr (no lo hagan), ya que el peso del auto y suspensión brindan un manejo sólido y estable. La suspensión y dirección a velocidad se endurecen, lo cual genera que con un desnivel o imperfección del camino puedan movernos de trayectoria, lo cual es algo existente en cualquier auto que sea deportivo.
El poder del motor se siente en cualquier velocidad, desde la primera donde se puede quemar llanta hasta la sexta que se utiliza para mantener una velocidad crucero. Primera, segunda y tercera son prácticamente de arranque y la “patada” se siente en cada una, para que al llegar a las cuarta ya circulemos por arriba de los 180 km/hr. Si los cambios en manejo lento de ciudad son algo molesto, en la carretera se convierten en poder puro al darnos la sensación de dureza para hacer cada uno, un punto que sólo logran los Muscle Cars.
Y bueno ya hablamos de lo bien que acelera, pero ¿qué tal curvea y frena?, esos puntos también los pasa sin problemas gracias a su suspensión independiente, que nos hace tener un control relativo sin tener miedo a que la tracción trasera nos arrastre al tomar una curva a velocidad o en un tramo sinuoso, pero al final la potencia se impone y si abusamos del acelerador al dar una curva forzada, el auto invariablemente tendrá el efecto de “colearse”.
Con respecto a los frenos, en todo momento tenemos la seguridad para detener a todos los caballos del Camaro ya que vienen firmados por Brembo con mordazas de cuatro pistones en aluminio para los discos ventilados.
Durante el viaje, buscamos contener los consumos de combustible con un manejo conservador, arrancando en primera, de ahí a cuarta y quinta para lograr la velocidad deseada, posteriormente la sexta para mantener una constante, la cual era de 140 km/hr, además de ello sin tener que disminuir una marcha podíamos realizar un rebase a coches de 4 y hasta 6 cilindros sin el menor problema para el Camaro, por lo cual sabemos que si tenemos bien educado nuestro pie la máquina V8 no es tan sedienta.
Conclusión
El Camaro SS manual es sin dudas un gusto culposo, ya que no es un auto que sea para el uso diario, y si bien la versión automática cuenta con un sistema que desconecta 4 cilindros para el ahorro de combustible, el manual se limitará a lo que nuestra mano y pie derecho manden, y con toda esa potencia es casi imposible no querer desbocarla, dando como resultado mayor emoción y si, mayor gasto de gasolina.