A partir de los años sesenta, los coches fueron progresando exitosamente con mejores acabados tecnológicos en sus pinturas que grarantizaban una mayor durabilidad. La industria de pinturas en nuestro país, ligada tecnológicamente con las mejores del mundo, han tenido un desarrollo extraordinario, pero es necesario reconocer que siempre hay algo más que nosotros podemos hacer, en contra de los peores enemigos de la pintura de nuestro auto.
CORROSIÓN. Este fenómeno no es exclusivo de las costas, la corrosión se produce al contacto del oxígeno del aire, con el metal descubierto. En nuestro país, en los años ochentas se introdujo el uso por inmersión de un primario Electroforético, donde el depósito del primero es aplicado eléctricamente, lo que vino a disminuir en un 95% la corrosión de las partes internas del automóvil. Desde ese tiempo se “garantiza contra la corrosión por cinco años”. El mejor consejo es lavar regularmente (por lo menos dos veces al año) la parte baja del auto para detectar posibles corrosiones. Del mismo modo es importante reparar cualquier tallón o contacto para evitar la corrosión y/o oxidación.
LLUVIA ÁCIDA. Este problema se presenta en las ciudades y ambientes industriales, donde la humedad del aire en combinación con fuentes emisoras de partículas ácidas, deterioran y acaban con el brillo de los acabados automotivos. Lo mejor es encerar el auto por lo menos una vez al año (las pinturas ahora son más brillantes); ello colaborará en evitar que esta lluvia maltrate la pintura.
ENCERADO. Cuando se introdujeron en los cuarenta las lacas de nitrocelulosa como acabado automotivo, fue necesario cada cuatro meses, lijarlo finamente con agua, para remover la pintura (caleada), y para recuperar el brillo; así se hizo necesario el encerado del automóvil. Hoy no es tan necesario ya que la calidad de los acabados automotivos actuales son muy resistentes a la pérdida de brillo. Por otro lado, en algún momento la cera puede atrapar basuras o arenillas que al limpiarse pueden deteriorar al acabado de pintura.
RAYONES INTENCIONALES. Rayar la pintura de los autos es abrir las puertas a la corrosión ya que cuando son profundos llegan hasta el metal, allí comienza la corrosión. Es como arrancarse una costra y permitir la entrada de bacterias en una herida abierta. Las reparaciones son sencillas y, si es un rayón muy pequeño hay ceras de color que los tapan; si son más profundos existen gises que los rellenan; para rayones más graves o leves tallones, hay pinceles de pintura que se venden en las agencias para cubrirlos e igualar el color.
LIMPIAR EL AUTO EN SECO. Como puede imaginarse esto equivale a pasar una lija muy fina sobre la pintura del automóvil y como consecuencia rayar a la pintura con la inminente pérdida del brillo. Los mechudos no son tan recomendables, nada como una buena lavada con un shampoo especial y limpiar con una toalla o cepillo suave.
Cuide su carro. Déjelo bajo techo y lávelo con agua simple en una cubeta.